Esta es una etapa muy especial para todos nosotros, cuando volvemos a centrar la atención en esas personas tan importantes y apreciadas que representan de la mejor manera todo lo que tiene verdadero valor.
… Cuestiones simples, pequeñas, las “cosas de madres”: detalles, respuestas, cuidados, caricias, consejos, esperas… que sumadas se convierten en imprescindibles y van generando un vínculo único, una relación que con el paso de los años va cambiando, se fortalece, se adapta, sin perder nunca su esencia amorosa e incondicional.
Y que importante son los aromas de ese recorrido… el olorcito a torta recién salida del horno, el de la tierra recién regada las tardes de calor, el de la Savia sobre el pelo recién lavado. Y claro el perfume de mamá.
Cada año proponemos una fragancia para agasajar a las madres. Porque creemos que es un ejemplo claro que reúne mucho de lo que ellas simbolizan.
Los perfumes se graban en nuestra memoria olfativa. Quedan atesorados en nuestros recuerdos y aunque por mucho tiempo no los percibimos, en algún momento nos vuelven a invadir y traen con ellos una cascada de sensaciones que nos regresa a la infancia, al primer amor, a un día especial… Tal como sucede con las palabras y los gestos de mamá.
Daisy Art combina notas exquisitas que indudablemente imprimirán su sello en todas aquellas que elijan, exaltando de un modo especial las características femeninas por excelencia: sensibilidad, creatividad, intuición.
Es nuestra manera de decir: Feliz día de la Madre, y al miso tiempo una nueva forma de celebrar la femineidad.